Etiquetas
Si existe algo en común que a todos los seres humanos es que nos cuesta dominar nuestro ego. Solo aquellas personas que destacan por su capacidad de liderazgo han conseguido dominar el arte de ser la voz que guía a las familias o a los equipos de trabajo pronunciando la Palabra que otros les legaron.
El propósito de esta entrada (basada en un post de Miguel Cané) es ayudarnos a reflexionar sobre la evolución del «ego» en los líderes y partir de éste conocimiento poder estar atentos a que el ego, nuestro yo más peligroso, no se escape de nuestro control.